Desde los inicios del conflicto, la ayuda humanitaria ha estado entre las prioridades del movimiento solidario. Desde 1975, existen campañas que buscan paliar el desastre humanitario provocado por la invasión marroquí del territorio del Sahara. Era, como sigue siendo hoy, esencial la ayuda para cubrir las necesidades materiales básicas de la población que tuvo que refugiarse en la Hammada y se ha organizado en ella en durísimas condiciones de supervivencia.
Desde las primeras acciones protagonizadas por personas y organizaciones solidarias, que acudieron a los campamentos nada más instalarse estos al comienzo del conflicto armado, se pasó a la organización de programas, campañas y caravanas impulsados por Asociaciones de Amistad con el Pueblo Saharaui y por diversas ONGs, centrados en diferentes campos: alimentario, sanitario, educativo y otros. Estas acciones solidarias fueron consolidándose y sistematizándose hasta alcanzar altos niveles de eficiencia y organización, y no sólo han consistido en el suministro de bienes de primera necesidad y ayuda técnica y profesional, sino también en el establecimiento de lazos directos de solidaridad, fraternidad e intercambio afectivo entre familias solidarias y familias saharauis, la mayoría de las veces a través del común amor hacia los niños.
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